CANIBALISMO MÁS ANTIGUO DE LOS HUMANOS



CANIBALISMO CULTURAL (06/09/2010)

Hace dieciséis años que descubrimos los registros fósiles de dicha cavidad, un hallazgo que nos causó un gran impacto. El estudio taxonómico de los restos esqueléticos indicaban que más de la mitad de los mismos habían sido alterados por marcas de corte y percusión antrópicas.

Habíamos descubierto las pruebas de canibalismo más antiguas de la evolución humana.  Después de más de una decena de años de trabajos de investigación hemos podido comprobar que el estrato Aurora, lugar en que se encuentra los registros de la primera prueba de canibalismo de la historia, está representado por una serien de subniveles, lo que nos indica que la práctica de la antropofagia por parte de Homo antecessor no fue un evento concreto, sino que se extiende en el tiempo.

Excavacions a Gran Dolina

Hemos generado una nueva hipótesis que complementa al canibalismo gastronómico, la redundancia de este comportamiento nos ha hecho plantear que nos encontrados delante de lo que puede ser la primera prueba de que los homininos ejercían esa práctica como forma de adaptación a un entorno, conscientes que evitando la competencia, son capaces de obtener más energía de su entorno.

¿Que diferencia puede haber entre el canibalismo gastronómico y el canibalismo cultural? Pensamos que no es un problema de comportamiento etológico, sinó que algo que se produce como consecuencia de una situación determinada acaba convirtiéndose en un hábito, y puede ser que sea en Atapuerca donde la humanidad empieza esta forma de comportamiento, cosa difícil de afirmar, pero lo que está claro es que es la primera vez que esto se contrasta de manera empírica.

¿Por qué en Atapuerca? Atapuerca es una encrucijada de caminos y el Corredor de la Bureba, como zona de paso, es de las más cruciales, pues conecta el Este y el Oeste peninsular, a la vez que es zona de acceso a la cordillera Cantábrica i a la Meseta. Es posible que la Sierra de Atapuerca, que representa un ecotono importante fuera una área con gran energía, los grupos odian competir por instalarse estacionalmente allí, la defensa del territorio podía ser el disparo de salida para la practica cultural del canibalismo por parte del Homo antecessor.

Deberemos trabajar más en los registros de los yacimientos de  la Sierra con la perspectiva de ir confirmando nuestra hipótesis: Cuantos más datos mejor, pero  la hipótesis ya está planteada.

HOMO SAPIENS (11/07/2014)

Nuestros colegas del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), Yolanda Martínez, Carlos Díez y Jordi Rosell, se dieron cuenta en seguida de que los primeros restos de Homo antecessor que descubrimos estaban canibalizados, pues se observaban marcas de corte y fracturas sospechosas, de aquellas que sólo se pueden producir por la acción de otros humanos. El estudio posterior no hizo nada más que apoyar la visión de campo que ya se había establecido con anterioridad. La antropofagia deja tras de si un rastro de información que puede ser capturada por los científicos. Así se publico en Science en 1996.

La evisceración, el despiece, la descarnación y la fragmentación que tiene lugar con la depredación de otros congéneres por parte de los homínidos deja unas huellas inconfundibles, que los expertos en tafonomía son capaces de reconocer, dada la singularidad del impacto que se registra en la superficie de los restos anatómicos canibalizados.

Las marcas de corte dejadas sobre los huesos por las herramientas de talla, normalmente lascas de silex o cuarcita, con filos diedros en el yacimiento de la Gran Dolina, como ocurre en otros yacimientos donde se ha practicado el canibalismo, se caracterizan por la forma en uve, mientras que las trazas dejadas por depredadores humanos suelen ser en forma de ú. Examinadas al microscopio electrónico las evidencias fueron del todo confirmadas, pues una gran parte de los restos esqueléticos analizados presentaban marcas que coincidían con la morfología que hemos descrito.

Además, estos impactos tienen lugar en zonas concretas del esqueleto y de manera sistemática. La intencionalidad es, sobretodo, cortar ligamentos, romper articulaciones y tener acceso a lugares anatómicos que directamente con la boca se hace difícil. No tan sólo existen estas marcas debido a la acción de cortar, sino que hay algunas relacionadas con la limpieza de tejido y con el levantamiento del periostio.

Diversas huellas

La percusión con martillos de piedra también se realiza para poder acceder al tuétano, que se encuentra en el interior de los huesos largos, y al interior de la bóveda craneal. El impacto sobre estas superficies deja una serie de esquirlas características de esta acción que también son reconocibles.

Finalmente, la acción de la dentición humana sobre los cadáveres deja una huella singular que no producen otros omnívoros ni carnívoros. De todo ello se puede inferir el comportamiento caníbal practicado por Homo antecessor al final del Pleistoceno inferior.

Todo este espectro de actividad se ha registrado en el estrato Aurora del nivel 6 de la Gran Dolina. Cuando se descubrió, este yacimiento era el de cronología más antigua en la historia de la evolución humana.

Textos de Eudald Carbonell publicado en "El Mundo", Madrid, 6, septiembre, 2010 e 11, julio, 2014. Compilación, adaptación y ilustración de Leopoldo Costa.

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