PABLO NERUDA ERA UM GOURMET


Leopoldo Costa.

Pablo Neruda nasceu em Parral (Chile), em 12 de julho de 1904, como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Era filho de José del Carmen Reyes Morales, um operário ferroviário, e de Rosa Basoalto Opazo, professora primária, morta quando Neruda tinha apenas um mês de vida. Ainda adolescente adotou o pseudônimo de Pablo Neruda (inspirado no escritor checo Jan Neruda), que utilizaria durante toda a vida, tornando-se seu nome legal, após ação de modificação do nome civil.
Foi um dos mais importantes poetas da língua castelhana do século XX e cônsul do Chile na Espanha e no México. Recebeu o Prêmio Nobel em 1971.
Além disso, foi um grande ativista político e um refinado gourmet. Bom de garfo, Neruda adorava experimentar coisas novas em viagens e cozinhar para os amigos que recebia em casa.
Trecho do poema 'Amigo', in "Crepusculário"-  (tradução de Rui Lage)
'Amigo, toma para ti o que quiseres, 
passeia o teu olhar pelos meus recantos, 
e se assim o desejas, dou-te a alma inteira, 
com suas brancas avenidas e canções. 
Amigo - faz com que na tarde se desvaneça 
este inútil e velho desejo de vencer. 
Bebe do meu cântaro se tens sede. 
Amigo - faz com que na tarde se desvaneça 
este desejo de que todas as roseiras 
me pertençam. 
Amigo, se tens fome come do meu pão.'

 Em sua obra, ele celebrizou o mercado central de Santiago, ponto de passagem obrigatório de todo bom gourmet, com seus variadíssimos e exóticos frutos-do-mar. Neruda escreveu vários poemas sobre comida, como 'Ode à maçã', 'Ode ao vinho', 'Ode ao sal' e 'Ode à cebola'. Deu até receitas em sua obra, como no poema:

Oda al Caldillo de Congrío

'En el mar tormentoso de Chile  
vive el rosado congrio, 
gigante anguila 
de nevada carne. 
Y en las ollas
chilenas, 
en la costa, 
nació el caldillo 
grávido y suculento, 
provechoso.
Lleven a la cocina 
el congrio desollado, 
su piel manchada cede 
como un guante 
y al descubierto queda 
entonces
el racimo del mar, 
el congrio tierno
reluce
ya desnudo, 
preparado 
para nuestro apetito. 
Ahora
recoges 
ajos, 
acaricia primero 
ese marfil 
precioso, 
huele 
su fragancia iracunda, 
entonces 
deja el ajo picado 
caer con la cebolla 
y el tomate 
hasta que la cebolla 
tenga color de oro. 
Mientras tanto
se cuecen 
con el vapor 
los regios 
camarones marinos 
y cuando ya llegaron 
a su punto, 
cuando cuajó el sabor 
en una salsa 
formada por el jugo 
del océano
y por el agua clara
que desprendió la luz de la cebolla, 
entonces
que entre el congrio 
y se sumerja en gloria, 
que en la olla
se aceite, 
se contraiga y se impregne. 
Ya sólo es necesario 
dejar en el manjar 
caer la crema 
como una rosa espesa, 
y al fuego 
lentamente
entregar el tesoro 
hasta que en el caldillo 
se calienten 
las esencias de Chile, 
y a la mesa 
lleguen recién casados
los sabores 
del mar y de la tierra 
para que en ese plato 
tú conozcas el cielo.'

Oda a la sal

Cum grano salis


“la lengua de ti
recibe un beso
de la noche marina:
el gusto funde en cada
sazonado manjar tu Oceania
y así la mínima,
la minúscula
ola del salero
nos enseña
no sólo su doméstica blancura,
sino el sabor central del infinito.”

Escreveu em parceria com Miguel Angel Asturias, o livro de gastronomia 'Comiendo en Hungria'. Onde comenta sobre comida e vinho,

¡Está de moda comer! (prólogo do livro por Neruda)

'Con piedra y palo, cuchillo y cimitarra, con fuego y tambor avanzan los pueblos a la mesa. Los grandes continentes desnutridos en mil banderas, en mil independencias, y todo va a la mesa: el guerrero y la guerrera. Sobre la mesa del mundo, con todo el mundo a la mesa, volarán las palomas. 
Busquemos en el mundo la mesa feliz.
Busquemos la mesa donde aprenda a comer el mundo. ¡Donde aprenda a comer, a beber, a cantar! La mesa feliz.
Hungría nos gustó y la gustamos. Somos golosos venidos de allá lejos, de tierras calientes que siguen ardiendo y tierras frías que viven con la nieve. Teníamos hambre ancestral, siglos de hambre maya, edades de guerra y hambres de Arauco, hambrunas de Castilla que empujó a América la soldadesca imperial.
 Estas hambres caminan en nuestra sangre y nos dotaron de una curiosidad infinita por cuanto se come. 
Estas hambres reunidas nos dieron un apetito devorador. 
Miramos con hambre a Hungría. ¡Tierra de carne asada al atardecer, con humo de mil cocinas en la llanura, y algunas campanas de iglesia que llamaban a la cena! 
Y luego Budapest con su color de racimo y su alma de pan, su luz de panadería. Sobre el Danubio se ciernen vapores de platinada cacerola. Por las colinas el aire impregnado por las flores se modifica bienhechoramente y reparte aromas de manteca y paprika, de orégano y laurel. 
La tarde budapestina con sus puentes como parrillas sacrosantas y las faldas neogóticas del Parlamento, torta sublime que miramos como los niños miran las maravillas. Budapest es maravillosa y comestible. 
Salve, vino de Hungría!, exclamamos, levantando las copas de cristal reciente en las mismas colinas de Buda donde nacieron sus viñas. Vino de siete venas amarillas, de siete ramas de ámbar, de siete azafranes pálidos y ardientes. 
Del "Monje Gris" hasta el "Tokay" recomendamos la escala de sus valores, desde la seca transparencia hasta la delirante dulzura.
Y los vinos tintos, enrojecidos por la historia, fruto rojo de los oscuros combates de la tierra húngara. Siete colores del rubí, sangre de toro, sangre de venado, sangre de león...
Todo este manantial cristalino y purpúreo nos atrajo, a nosotros, sedientos de América, veneradores de la vid, sostenedores de copas en la altura más fragante de la primavera. Vinimos aquí a comer. Y nos dirán: ¿y por qué no a pensar, a filosofar, a estudiar? Todo eso lo hacemos y lo hicimos. Pero lo callamos. Cuanto comimos con gloria, se lo decimos en este pequeño libro al mundo. Es una tarea de amor y de alegría. Queremos compartirla. Sentémonos juntos todos los hombres del mundo alrededor de la mesa, de la mesa feliz, de la mesa de Hungría.'

Aida Figueroa escreveu o livro 'A La Mesa con Neruda', um depoimento sobre as preferências gastronômicas do escritor. Segundo o livro, dentre seus pratos favoritos estava o arroz preparado com peixes e frutos-do-mar, tipicamente  um prato do Chile.

Pablo Neruda foi indicado como candidato às eleições  presidenciais do Chile em 1970, porém, abriu mão de sua candidatura para que Salvador Allende (1908-1973) vencesse, pois ambos eram marxistas e acreditavam numa América Latina mais justa o que, a seu ver, poderia ocorrer com o socialismo. Morreu de câncer na próstata em 23 de setembro de 1973, mas de acordo com Isabel Allende, em seu livro 'Paula', Neruda morreu de "tristeza"ao ver dissolvido em 11 de setembro o governo e a morte de Allende.


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